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viernes, 29 de enero de 2010

Estoy viva de milagro... no sé porqué

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"Hola a todos...

primero de todo, gracias por tanto apoyo... estoy viva, sí, de milagro... NO SÉ POR QUEEEÉ Y LO DIGO CON UNA RABIAAAA!!! pero tanta gente está muerta que siento estoy muerta con ellos, no sé por qué estoy yo viva... me da rabia estar siempre entre los que tienen suerte... no sé qué quiere Dios de mí y de todo esto...

El terremoto me pilló en casa, en la sala de comunidad, con una religiosa a la que doy clase de español y con Gardine, la postulante. El temblor fue horrible, no nos manteníamos de pie y salimos como pudimos fuera y nos tiramos al suelo... el ruido era estremecedor... oímos un gran estruendo y una nube de polvo y casquetes cayó sobre nosotras... no sé cuánto duró, yo diría que unos 20 segundos o más. Cuando paró nos vimos cubiertos de polvo blanco... yo me di cuenta que la escuela de secundaria de al lado de casa se había caído, y gritos y gemidos y... la gente no sabía dónde ir, no sabía qué hacer, todo el mundo aturdido... yo que sé... no sé describir... pero pensé que en la escuela habría chicos dentro y entre. El polvo no me dejaba ver bien... pero vi varios chicos muertos y una mujer con las piernas cubiertas de bloques pidiéndome ayuda... la cabeza abierta... las piernas prácticamente cortadas pero no la pude sacar, pedí ayuda pero nadie hacía nada, la gente no sabía lo que hacer... debajo de los pisos que cayeron veía manos que salían pidiendo ayuda... por lo menos vi siete u ocho manos que se movían... me acerqué a tocarlas y a decirles que iba a ayudarles. Pero un nuevo temblor me hizo salir corriendo... tenía miedo de que más bloques cayeran sobre mí... miedo no, pánico... no sabía qué hacer, los chicos me pedían ayuda... y yo si volvía me ponía en riesgo... pero volví... no había espacio suficiente para que salieran... los bloques no les permitían salir... me fui a buscar un martillo a casa y volví a romper bloques... no tengo fuerza suficiente pero abrí un poco y conseguí que una chica muy flaquita saliera... todos me suplicaban que los sacaran... pero no pasaban por el agujero... era demasiado pequeño... solo esa chica se salvó... el piso terminó de caer y murieron... porque ya no los oí más....

La mujer de las piernas también murió al poco rato. Me fui por la parte de detrás... y encontré un chico metido de pie entre los bloques y los hierros. Me pidió ayuda... estaba hundido y había muchos cables de hierro a su alrededor. Yo sola no podía llegar, había un bloque sobre el que corría peligro de caer... se movía y los temblores continuaban... salí varias veces corriendo con cada temblor pero el chico me llamaba y suplicaba que no le dejara. Le estiré por los brazos pero era imposible... era muy grande y estaba muy metido... los hierros no me dejaban llegar... me dijo que tenía las piernas rotas pero que le estirara... que si metía las manos y le sacaba los zapatos podría salir... me metí para sacarle los zapatos y me enganché con los hierros... pero se los saqué... un hombre nos vino a ayudar, me estiró a mí y luego le estiramos a él... las piernas totalmente rotas... aullaba de dolor... me fui a buscar el coche... y además de él metimos a tres más... todos desgarrados ensangrentados... todos gimiendo...

Caos en la ciudad, ningún sitio a donde ir... todo bloqueado. Los dejé en el hospital Sacre Coeur, en el patio, porque el edificio amenazaba ruina. No podía hacer más... algo harían por ellos...

No pudimos llegar a casa, todas las casas caídas, mi calle destrozada, nuestra parroquia en el suelo... las calles totalmente bloqueadas... dejé el coche en los Monfortianos... la iglesia también destruida... cadáveres por todas partes...

Caminé toda la noche en busca de Vivian que estaba en la otra punta de la ciudad. Cuando llegué a las 6 de la mañana se la habían llevado a otro sitio. Cogí un camión para llegar y seguir caminando... luego a buscar, a Middia... la encontré herida cerca de casa sin poder caminar, busqué el coche e intenté juntarnos a todas y ponernos a salvo... ningún hospital nos recibía... muertos por todas partes... inexplicable...

Después llegaron equipos de Estados Unidos para buscar vivos entre los escombros y recorrimos escuelas y universidades, no encontramos a nadie, el olor a muerto era insoportable... He trabajado en el hospital 5 días interminables... todos, todos, todos, con piernas y brazos amputados, cabezas abiertas... desangrados... hemos perdido a muchos sin poder hacer nada... Mi lucha estaba entre llorar o seguir aguantando por soportar el dolor de tanta gente... nos llegaban a treintenas... en camillas...

Indescriptible...

Ayer dijimos que no podíamos más y vinimos a Gros Morne, a descansar un poco, y pensar juntas que hacemos...

No sé qué vamos a hacer... la vida ha cambiado para mí...

Gracias por vuestra solidaridad apoyo, cariño... todo eso me sostiene...

Isabel Sola
Religiosa de Jesús-María (RJM) desde Haití

2 comentarios:

  1. Sí me parece que una y otra vez, a lo largo de la historia, se repiten hechos de catástrofes como resultados de la furia de la naturaleza. Y nadie puede responderse ¿Por qué muere tanta gente inocente?. ¿Por qué Dios permite que pasen estas cosas? ¿Dónde estaba Dios en ese momento? ¿Estaba distraído? ¿Estaba ausente ocupado en otras cosas?. Me parece que nada de eso, hermanos míos. Me parece que Dios nos habla una y otra vez a través de esos sucesos, pero no queremos escucharlo. ¿Qué nos dice Dios a través de estas calamidades? ¿Qué tiene para decirnos y nosotros nos hacemos los distraídos?
    Dios está enojado con sus hijos, quiere que lo escuchemos, que construyamos este mundo bajo el legado que nos dejó su Hijo. Y decidimos destruirlo cada vez más: con el odio, con el rencor, con la droga, con la omnipotencia de creernos el mismo Dios y jugar a la creación y manipulación de la misma vida, con la falta de amor, con la envidia, con la soberbia, con la avaricia…
    ¿Por qué no pensar que TODOS somos los responsables de lo que pasa en el mundo? ¿Por qué no pensar que la mayoría del mundo sigue eligiendo el pecado y olvida buscar a ese Dios que no es más que el AMOR mismo? ¿Por qué no pensar que el mundo está enfermo? Que necesitamos INVOCAR a ese DIOS maravilloso para que SANE nuestra tierra…Para que movilice nuestros corazones egoístas…¿Por qué estamos ciegos y sordos y no podemos escucharlo?
    Mis queridos hermanos, si recurrimos al libro de las Lamentaciones, allí podremos leer algunas reflexiones de los judíos después de las ruinas de Jerusalén: “Jerusalén ha pecado gravemente se ha convertido en algo inmundo”..”Examinemos a fondo nuestra conducta y volvamos al Señor”..

    La palabra de Dios es atemporánea, en cada suceso nos habla, nos convoca, nos invita a la reflexión. El libro de las Lamentaciones habla también por la catástrofe ocurrida en Haití:

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  2. El Señor decidió arrasar
    La muralla de la hija de Sión:
    Tomó sus medidas y no retiró su brazo
    Hasta dejarla derruida;
    Cubrió de luto el antemural y el muro,
    Que se desmoronaron juntamente.

    Mis ojos se deshacen en llanto,
    Me hierven las entrañas;
    Mi bilis se derrama en la Tierra
    Por el desastre de la hija de mi pueblo,
    Mientras desfallecen sus niños
    Y pequeños
    En las plazas de la ciudad.

    ¡Invoca al Señor de corazón,
    Gime, hija de Sión!
    ¡Deja correr tus lágrimas a raudales,
    De día y de noche:
    No te concedas descanso,
    Que no repose la pupila de tus ojos!

    ¡Levántate, y grita durante la noche,
    Cuando comienza la ronda!
    ¡Derrama tu corazón como agua
    Ante el rostro del Señor!
    ¡Eleva tus manos hacia El,
    Por la vida de tus niños pequeños,
    Que desfallecen de hambre en todas las esquinas!

    El Señor desahogó su furor,
    Derramó el ardor de su ira;
    Encendió un fuego en Sión
    Que devoró hasta sus cimientos.

    Esto sucedió por los pecados
    De sus profetas,
    Por las iniquidades de sus sacerdotes,
    Que derramaron en medio de ella
    La sangre de los justos.

    Aún se consumían nuestros ojos,
    Aguardando en vano una ayuda;
    En nuestros puestos de guardia,
    Mirábamos
    Hacia una nación que no puede salvar.

    Se acechaban nuestros pasos,
    No podíamos andar por las calles.
    Se acercaba nuestro fin,
    Se habían cumplido nuestros días:
    ¡sí, había llegado nuestro fin!


    Cesó la alegría de nuestro corazón,
    Nuestra danza se ha cambiado en luto.
    Se ha caído la corona
    De nuestras cabezas:
    ¡ay de nosotros porque hemos pecado!
    Por esto nuestro corazón está dolorido,
    Por esto se nublan nuestros ojos:
    Porque el monte Sión está desolado
    Y los zorros se pasean por él.
    Pero tú, Señor, reinas para siempre,
    Tu trono permanece eternamente,
    ¿Por qué nos tendrás siempre
    Olvidados
    Y nos abandonarás toda la vida?
    ¡Vuélvenos hacia ti, Señor,
    Y volveremos:
    Renueva nuestros días
    Como en los tiempos pasados!
    ¿O es que nos has desechado
    Completamente
    Y te has irritado con nosotros sin medida?

    El Señor es bondadoso
    Con los que esperan en él,
    Con aquellos que lo buscan.
    Es bueno esperar en silencio
    La salvación que viene del Señor.

    EXTRAIDO DEL LIBRO DE LAS LAMENTACIONES

    Invoco a Dios para que se apiade de todas las víctimas del terremoto y trabaje en los corazones de los que quedamos, para que NUNCA JAMAS se enfade con nosotros sus hijos. Te amamos Padre y te necesitamos para calmar tanto sufrimiento!!! NILDA. 02/02/2010

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