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miércoles, 27 de octubre de 2010

Las haitianas, carne de abusos sexuales en los campos de desplazados

Las mujeres que viven en campamentos de desplazados en Haití están indefensas ante ataques y agresiones sexuales, disponen de escasa protección policial y en muchos casos son acusadas de favorecer los abusos con su actitud, según un informe del Fondo de la ONU para la Población (UNFPA).

El documento presenta testimonios como el de Carine Exantus, una estudiante que debió instalarse en uno de los campamentos improvisados tras el terremoto que azotó en enero Puerto Príncipe y otras ciudades y causó 300.000 muertos, otros tantos heridos y 1,5 millones de damnificados.

En el campamento de Place Pigeon al que fue a parar Carine, mujeres y niñas "son víctimas de todo tipo de violencia, física, moral y psicológica", relata la joven.

"El mayor problema para las niñas jóvenes en el campamento es bañarse en público, pues al hacerlo exponen sus cuerpos a la mirada de extraños. Algunos jóvenes varones aprovechan esta situación para denigrar sus cuerpos y proferir ataques verbales con lenguaje obsceno", prosigue Carine.

Casi todas las noches "oímos gritos de mujeres o niñas cuyos esposos o compañeros las golpean y azotan violentamente. Con frecuencia son víctimas de malos tratos; a veces se ven obligadas a huir para escapar de la tortura", revela la joven haitiana.

Las denuncias no son nuevas. En mayo, un informe sobre el estado de los derechos humanos en el mundo elaborado por Amnistía Internacional puso de relieve que, en Haití, las niñas y las mujeres son el grupo más afectado por la violencia y en particular por las violaciones, que muchas veces quedan impunes.

Y en julio, organizaciones humanitarias denunciaron también que las agresiones sexuales se habían multiplicado tras el terremoto, al tiempo que reclamaron mejorar el sistema de luz eléctrica y aumentar las patrullas nocturnas.

Solas y sin protección policial

El UNFPA pone el acento en la vulnerabilidad de las mujeres haitianas y señala que muchas se encargan de los hijos, con quienes se quedan en los campamentos, sin apenas ingresos y con escasa protección policial.

Según la directora de la Organización de Solidaridad de Mujeres Haitianas (SOFA, por su sigla en creole, idioma oficial en Haití) Olga Benoit, citada en el informe de la UNFPA, las mujeres tienen que organizarse, "y así lo harán", para cubrir las necesidades de salud y alimentación.

En cuanto a la seguridad, las mujeres de los campos confían en los contingentes de policías que Bangladesh y la India aportan a la Policía de la ONU presente en el país, ya que estos grupos, "formados íntegramente por mujeres, tal vez estén en condiciones de mejorar el ámbito de seguridad".

Las mujeres entrevistadas en los campamentos señalaron que aspectos como la falta de privacidad y de retretes separados reducían sus posibilidades de evitar violaciones y otros delitos de género.

Benoit, al mismo tiempo, reclama una modificación en la actitud de los jueces, la policía y los funcionarios de Haití, pues muchos líderes comunitarios consideran, apunta el informe, que "cuando hay violación, la culpa es de la mujer".

sábado, 23 de octubre de 2010

Los hospitales de Haití, colapsados con pacientes afectados por el cólera

El presidente de Haití, Rene Preval, dijo este viernes que un brote de cólera ha provocado la muerte de al menos 138 personas en el centro del país afectado por un terremoto y que su Gobierno estaba tomando medidas para tratar de impedir que la enfermedad se propague.

"Puedo confirmar que es cólera", dijo Preval, mientras funcionarios de salud haitianos e internacionales enfrentaban la mayor crisis sanitaria en la empobrecida nación caribeña desde el terremoto del 12 de enero.

Debido al brote, los hospitales locales se encuentran colapsados con pacientes que sufren una diarrea intensa. Las víctimas mueren por una rápida deshidratación, en algunos casos en horas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que se trata de la primera epidemia de cólera en el país en un siglo. Los funcionarios de salud haitianos e internacionales enfrentan la mayor crisis sanitaria en la empobrecida nación caribeña desde el terremoto del 12 de enero.

"Ahora nos estamos asegurando de que la gente esté al tanto de las medidas de prevención que tiene que tomar para evitar la contaminación", señaló Preval en la capital, Puerto Príncipe, luego de reunirse con funcionarios de salud del Gobierno.

Las fuerzas internacionales presentes en el país se movilizan

Equipos médicos que integran las fuerzas internacionales que han estado ayudando a Haití desde el desastre del 12 de enero se movilizaron al área del brote, alrededor de la ciudad de Saint-Marc, en la región agrícola central haitiana que recibió a muchos de los sobrevivientes del sismo.

Los trabajadores humanitarios buscan evitar que la enfermedad se expanda a los extensos campos de refugiados en la capital, donde viven unas 1,5 millones de personas que se quedaron sin hogar luego del sismo, en el que murieron hasta 300.000 personas.

Por su parte, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) ha informado este viernes de que donará 100.000 euros para crear un fondo español para combatir el posible brote de cólera de Haití.

A través de un comunicado, la AECID asegura que con ese dinero la Organización Panamericana de la Salud (OPS) movilizará a un equipo multidisciplinar de expertos y médicos para "completar el diagnóstico, confirmar oficialmente el brote y atender de inmediato la crisis sanitaria".

lunes, 18 de octubre de 2010

“Haití va a resurgir de la ceniza”

La directora del Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes Santo Domingo, Sonia Adames, relata la dramática situación de los campos de desplazados nueve meses después del terremoto y a un mes de las elecciones presidenciales y legislativas en este país.

En su visita a España, Sonia Adames, directora del Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes (JRSM) de Santo Domingo, ha transmitido la labor que se está realizando desde Entreculturas con sus dos socios estratégicos, Fe y Alegría y el JRSM en Haití, tras el terremoto del pasado 12 de enero. “La situ

ación en Haití está peor. Es un caos. La situación de los 2 millones de desplazados es muy dura. No es lo mismo morir, que ir muriendo”, ha explicado Adames.

En su gira por distintas ciudades de España (Santiago de Compostela, Málaga, Logroño, Santander, Valladolid y León), Sonia Adames ha pronunciado la conferencia “Haití. La tierra se mueve, las personas se mueven” en la que ha hecho hincapié en la necesidad de “reinventar Haití, no reconstruir Haití”, a la vez que ha señalado la importancia de la formación de líderes: “Es necesario crear una base social, acompañar en los campos de desplazados, descentralizar Puerto Príncipe y dar fuerza y voz a las provincias”. Ante la próxima convocatoria de elecciones del mes de noviembre, Adames se ha mostrado prudente ante la dificultad de garantizar unas elecciones transparentes en un contexto de

emergencia y crisis como el actual. A pesar de todos estos aspectos, Adames está convencida que “Haití va a salir de la ceniza, va a resurgir”.

La insostenible situación de los campos de refugiados

Esta visita coincide con que varios grupos de personas desplazadas siguen protestando cada vez más en Puerto Príncipe contra las autoridades haitianas para exigir la protección de su derecho a una vivienda digna y segura, frente a la amenaza constante de los huracanes en la actual temporada ciclónica y como reacción a las expulsiones violentas por parte de los propietarios de los terrenos donde se han instalado desde el pasado 12 de enero de 2010. Estas protestas han aumentado considerablemente en los últimos meses.

A más de ocho meses del terremoto que devastó la capital de Haití y sus alrededores, 1.3 millones de personas desplazadas siguen viviendo en campamentos impro

visados construidos sobre terrenos privados y en lugares públicos, mientras que otros supervivientes se encuentran en la calle. Ante la indiferencia y la inacción del Gobierno haitiano, que no ha tomado medidas para solucionar los conflictos relacionados con la tenencia de la tierra y relocalizar a los desplazados, varios propietarios se han dedicado a realizar expulsiones violentas que son “ilegales” porque no tienen el aval de una autoridad judicial, entre otras razones. Las diferentes promesas de relocalización, que viene realizando el Gobierno haitiano junto con algunas organizaciones internacionales, tardan aún en hacerse realidad para los desplazados.

El Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), que acompaña a varios campamentos de desplazados desde el terremoto, sigue pidiendo a las autoridades haitianas y a las diferentes agencias internacionales que realicen acciones concretas, rápidas y articuladas con los comités de desplazados de los campos y otros actores locales para responder de manera más eficaz a las necesidades de la población d

esplazada y así proteger sus derechos fundamentales, como lo es en este caso el derecho a una vivienda digna y segura.







Inundaciones en los campos de refugiados

Elecciones en el mes de noviembre

“Antes de ir a las urnas, tenemos que tener una vivienda y el acceso a la alimentación, la salud y la educación para nuestros hijos”, declaró uno de los organizadores de la manifestación que tuvo lugar el pasado 10 de septiembre ante la sede del Gobierno haitiano. “Cada vez que llueve, nuestra tienda de campaña se inunda y tenemos que sacar el agua hacia afuera; a veces, hemos tenido que pasar la noche entera, despiertos y en medio de una gran cantidad de agua que se convierte en lodazal el día siguiente”, expresó Jocelyne, una madre de tres hijos, que vive en el campo de la Escuela San Luis de Gonzaga en Delmas 31. Las elecciones van a tener lugar el domingo 28 de noviembre y se han presentado 19 candidaturas.

Durante el mes de septiembre, varios huracanes tales como “Igor” y “Julia” que azotaron el Mar Caribe prendieron las alarmas, ya que no llegaron milagrosamente a las costas de Haití, pero provocaron lluvias que inundaron las tiendas de campaña de los desplazados. La tarde del viernes 24 de septiembre, Haití o bien Puerto Príncipe ha tenido otro susto de causa natural. Se trata de un huracán que ha sacudido la capital de nuevo.