Sigue la vigilia en directo

viernes, 29 de enero de 2010

Estoy viva de milagro... no sé porqué

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"Hola a todos...

primero de todo, gracias por tanto apoyo... estoy viva, sí, de milagro... NO SÉ POR QUEEEÉ Y LO DIGO CON UNA RABIAAAA!!! pero tanta gente está muerta que siento estoy muerta con ellos, no sé por qué estoy yo viva... me da rabia estar siempre entre los que tienen suerte... no sé qué quiere Dios de mí y de todo esto...

El terremoto me pilló en casa, en la sala de comunidad, con una religiosa a la que doy clase de español y con Gardine, la postulante. El temblor fue horrible, no nos manteníamos de pie y salimos como pudimos fuera y nos tiramos al suelo... el ruido era estremecedor... oímos un gran estruendo y una nube de polvo y casquetes cayó sobre nosotras... no sé cuánto duró, yo diría que unos 20 segundos o más. Cuando paró nos vimos cubiertos de polvo blanco... yo me di cuenta que la escuela de secundaria de al lado de casa se había caído, y gritos y gemidos y... la gente no sabía dónde ir, no sabía qué hacer, todo el mundo aturdido... yo que sé... no sé describir... pero pensé que en la escuela habría chicos dentro y entre. El polvo no me dejaba ver bien... pero vi varios chicos muertos y una mujer con las piernas cubiertas de bloques pidiéndome ayuda... la cabeza abierta... las piernas prácticamente cortadas pero no la pude sacar, pedí ayuda pero nadie hacía nada, la gente no sabía lo que hacer... debajo de los pisos que cayeron veía manos que salían pidiendo ayuda... por lo menos vi siete u ocho manos que se movían... me acerqué a tocarlas y a decirles que iba a ayudarles. Pero un nuevo temblor me hizo salir corriendo... tenía miedo de que más bloques cayeran sobre mí... miedo no, pánico... no sabía qué hacer, los chicos me pedían ayuda... y yo si volvía me ponía en riesgo... pero volví... no había espacio suficiente para que salieran... los bloques no les permitían salir... me fui a buscar un martillo a casa y volví a romper bloques... no tengo fuerza suficiente pero abrí un poco y conseguí que una chica muy flaquita saliera... todos me suplicaban que los sacaran... pero no pasaban por el agujero... era demasiado pequeño... solo esa chica se salvó... el piso terminó de caer y murieron... porque ya no los oí más....

La mujer de las piernas también murió al poco rato. Me fui por la parte de detrás... y encontré un chico metido de pie entre los bloques y los hierros. Me pidió ayuda... estaba hundido y había muchos cables de hierro a su alrededor. Yo sola no podía llegar, había un bloque sobre el que corría peligro de caer... se movía y los temblores continuaban... salí varias veces corriendo con cada temblor pero el chico me llamaba y suplicaba que no le dejara. Le estiré por los brazos pero era imposible... era muy grande y estaba muy metido... los hierros no me dejaban llegar... me dijo que tenía las piernas rotas pero que le estirara... que si metía las manos y le sacaba los zapatos podría salir... me metí para sacarle los zapatos y me enganché con los hierros... pero se los saqué... un hombre nos vino a ayudar, me estiró a mí y luego le estiramos a él... las piernas totalmente rotas... aullaba de dolor... me fui a buscar el coche... y además de él metimos a tres más... todos desgarrados ensangrentados... todos gimiendo...

Caos en la ciudad, ningún sitio a donde ir... todo bloqueado. Los dejé en el hospital Sacre Coeur, en el patio, porque el edificio amenazaba ruina. No podía hacer más... algo harían por ellos...

No pudimos llegar a casa, todas las casas caídas, mi calle destrozada, nuestra parroquia en el suelo... las calles totalmente bloqueadas... dejé el coche en los Monfortianos... la iglesia también destruida... cadáveres por todas partes...

Caminé toda la noche en busca de Vivian que estaba en la otra punta de la ciudad. Cuando llegué a las 6 de la mañana se la habían llevado a otro sitio. Cogí un camión para llegar y seguir caminando... luego a buscar, a Middia... la encontré herida cerca de casa sin poder caminar, busqué el coche e intenté juntarnos a todas y ponernos a salvo... ningún hospital nos recibía... muertos por todas partes... inexplicable...

Después llegaron equipos de Estados Unidos para buscar vivos entre los escombros y recorrimos escuelas y universidades, no encontramos a nadie, el olor a muerto era insoportable... He trabajado en el hospital 5 días interminables... todos, todos, todos, con piernas y brazos amputados, cabezas abiertas... desangrados... hemos perdido a muchos sin poder hacer nada... Mi lucha estaba entre llorar o seguir aguantando por soportar el dolor de tanta gente... nos llegaban a treintenas... en camillas...

Indescriptible...

Ayer dijimos que no podíamos más y vinimos a Gros Morne, a descansar un poco, y pensar juntas que hacemos...

No sé qué vamos a hacer... la vida ha cambiado para mí...

Gracias por vuestra solidaridad apoyo, cariño... todo eso me sostiene...

Isabel Sola
Religiosa de Jesús-María (RJM) desde Haití

miércoles, 27 de enero de 2010

Confío en Ti

Más de 1.500 personas unidas en oración con Haití

Como les veníamos anunciando, el pasado viernes, 22 de enero, tuvo lugar en la Parroquia de La Asunción de Málaga, entre las 9 de la noche y las 5 de la madrugada, una vigilia de oración por las víctimas del terremoto de Haití.

La convocatoria fue todo un éxito y fue seguida por más de 1.500 personas in situ, y más de 740 de forma virtual desde sus hogares gracias a las nuevas tecnologías, pues la vigilia fue retransmitida en directo a través de la web de Cáritas Diocesana de Málaga www.caritasmalaga.es, por gentileza de una empresa de comunicaciones.

Numerosos artistas entre los que se contaban Brotes de Olivo, Ixcís, Jerusalén, Desde el Silencio, Harijans, Jesús Cabello, Shalahim o Almudena, entre otros, quisieron unirse en oración con los hermanos de Haití, ofreciendo lo mejor de ellos mismos, en una noche cargada de solidaridad y fraternidad.

El dinero recaudado durante la noche, se ha destinado íntegramente a la campaña de emergencia "Cáritas con Haití".

Fuente: www.caritasmalaga.es

sábado, 23 de enero de 2010

Recaudación


No podemos contar el bien que hemos podido hacer rezando juntos con nuestros hermanos haitianos.

Lo que si hemos podido contar es la recaudación total de la vigilia de anoche:

GRACIAS A TODOS

viernes, 22 de enero de 2010

Participa!!

RETRANSMITIMOS EN DIRECTO DESDE
WWW.CARITASMALAGA.ES


LEEREMOS MENSAJES DE ADHESION EN BREVE...
PARTICIPA

jueves, 21 de enero de 2010

¿No puedes venir?

No te preocupes en absoluto, tú sólo ora con los hermanos de Haití… 

Y con nosotros, porque Cáritas Málaga retransmitirá la Vigilia de Oración Solidaria con Haití por internet (Ya se sabe, la oración no tiene fronteras…)

Podrás conectarte en: www.caritasmalaga.es

¡GRACIAS!

Más Manos, Más Voces, Más Corazones (VI)

Incluso a un día de la Vigilia no dejan de llovernos las bendiciones. Se unen a nuestra oración solidaria:

  • Grupo Ilusiones, Teatro de Sombras (Mollina)
  • Nacho Dueñas y Susana Melero
  • Sal y Luz

Muchísimas Gracias a Todos!

Ver para reflexionar

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miércoles, 20 de enero de 2010

Haití: Dios llora en la tierra

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Carta de Mons. Jesús Sanz

“Haití: Dios llora en la tierra”

Queridos hermanos y amigos: paz y bien. Una vez más nos han saltado las alarmas. De nuevo hemos sido humillado en donde más nos duele: los pobres más pobres. No es la mano justiciera de un hada vengativa que se ríe de los opulentos del tener y del poder, sino un extraño e indeseado infortunio que se zafa ante un pueblo de por sí precario y mendigo.

Haití ha sido y sigue siendo en su interminable morgue, un tremendo dedo acusatorio que no sabemos a quién se dirige ni quién lo enarbola. Pero un dedo que se mete intruso en nuestra llaga más vulnerable y nos hace espantarnos ante una tamaña tragedia que nos deja sin hálito, sin palabra, sin nada. Y así lo hemos vivido y lo seguimos viviendo. No se trata de la cuestión de cuántos compatriotas hay bajo los escombros, o cuántos de los nuestros sean quienes sean éstos. Da casi lo mismo, y aunque no podemos ser insensibles a nuestro terruño y más a nuestra sangre, la muerte nos hace a todos iguales y lo único que nos sobrecoge es el hecho en sí mismo, sin pasaporte en ristre, sin parentesco, sin credenciales.

No han sido pocos los que se han preguntado de modo sincero por qué, e incluso no han faltado quienes se interrogan sobre el quién. Y no se halla respuesta a ninguna de las dos cuestiones por más vueltas que le demos: por qué suceden estas cosas que tanto nos duelen, quién sería el responsable al que dirigir nuestra protesta.

Y sin embargo, sí que existen esas respuestas por más que sea complejo hallarlas. Por un momento, nos damos cuenta de cuántas cosas a diario gozamos, tenemos, intercambiamos, dando por supuesto que todo eso debe ser así, dándolo por descontado, perdiendo demasiado a menudo el horizonte del don que significa el hecho de vivir, de caminar, de ver y oír, de amar. Acaso, a fuerza de sernos cotidianas todas estas cosas, perdemos de vista que suponen un regalo continuo, un don permanente.

En segundo lugar, el hecho de que los medios de comunicación nos acerquen en tiempo real lo que está sucediendo a miles de kilómetros, nos permite situarnos dentro de esta aldea global con una conciencia de proximidad que no permite que seamos indiferentes. No estamos asistiendo impávidos a una catástrofe que no tiene que ver con nosotros, que no nos afecta, sino que sentimos la necesidad no sólo de agradecer lo que tenemos como don y regalo, y hacer algo por quienes de pronto todo lo han perdido.

Esta solidaridad nos hace humanos, nos saca de nuestros agujeros de seguridad y de nuestras fugas egoístas. Y nos permite adivinar con saludables sobresaltos que la humanidad no empieza ni termina en el patio de mi casa que es particular, sino que hay demasiados rincones de este mundo en donde hay gente que sufre, que está falta de libertad, de paz, de pan, de dignidad, de afecto, de fe. Una tragedia así, nos hace despertar de nuestras dormideras.

Por último, la gran pregunta que tantos se han hecho: ¿y Dios, dónde estaba? Sin duda que no estaba jugando al golf, haciendo turismo estirado o distrayéndose podando bonsáis. Dios estaba en las víctimas, muriendo con ellas una vez más. Pero también está en la gente que está entregado su tiempo, su dinero, sus talentos y saberes para ayudar a sus hermanos: ahí están las manos de Dios repartiendo ternura, ahí sus labios diciendo palabras consoladoras, ahí sus silencios cuando es callando como se dicen las mejores cosas, ahí su corazón cuando sabe palpitar con el latido de la gente que tiene entraña.

Nos unimos al dolor de ese pueblo hermano, ofrecemos nuestra oración por el eterno descanso de los que han perdido la vida, y nos brindamos de tantos modos a ayudar a cuantos necesitan todo tipo de consuelo, de esperanza, para levantar todo desde las cenizas.

Recibid mi afecto y mi bendición,

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Obispo de Huesca y de Jaca

martes, 19 de enero de 2010

Una canción para la Vigilia

Puede que se cante “alguna vez” durante la oración, escúchala:


Somos uno contigo,
pueblo de Haití,
que llegue la oración,
nuestro cariño, dolor compartido,
que esta noche llegue a ti.

Objetivo: que Haití no sea una nueva tragedia olvidada

Las ONG católicas no se marcharán cuando cese el impacto mediático

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Jesús Bastante, 19 de enero de 2010

Continúa la riada de solidaridad de las congregaciones y ONG católicas con la catástrofe de Haití. Cuando está a punto de cumplirse una semana del terrible seísmo, que ha dejado decenas de miles de muertos y más de tres millones de damnificados, entidades como Cáritas, Manos Unidas, Mensajeros de la Paz, Proclade, Ayuda a la Iglesia Necesitada, Misiones Salesianas o Entreculturas, además de la práctica totalidad de las diócesis y muchas parroquias se han volcado en la ayuda a un pueblo que sufre, y que todavía no ha pasado lo peor. La reconstrucción será dura, si es que puede llevarse a cabo, y la desolación y la deshumanización que estamos contemplando tardarán en borrarse de los corazones de todos.

[…]

Por su parte, la red de Cáritas está llevado a cabo un operativo sin precedentes para afrontar la primera fase de la emergencia declarada en Haití tras el terremoto. Gracias al esfuerzo logístico del personal de Cáritas dentro y fuera del país caribeño, ayer fue posible trasladar con éxito hasta Puerto Príncipe un convoy de 20 camiones con un cargamento de 200.000 mantas, 15.000 tiendas de campaña y otros lotes de productos de primera necesidad, como agua potable, tabletas purificadoras de agua y kits higiénicos.

Este envío se suma al de otros 80 contendores con alimentos que han llegado a la isla por vía marítima y que se verán completados con otras 34 toneladas de ayuda que llegarán mañana a Haití.

Asimismo, a última hora del pasado sábado, los equipos de rescate de Cáritas lograron liberar de entre los escombros a tres personas, cinco después del seísmo.

También está volando ya hacia Haití otra expedición aérea con una clínica de emergencia y siete unidades de potabilización de agua, junto a un equipo de expertos integrado por un cirujano y seis técnicos en instalación y mantenimiento de sistemas de purificación de agua.

Todo este esfuerzo humanitario de Cáritas en Haití logra llegar a los damnificados a través de la red local de la Cáritas Haitiana. "La verdadera fuerza de Cáritas está en sured parroquial, que nos permite tener acceso directo con las comunidades y contar con puntos desde los que distribuir la ayuda", señala Alistair Dutton, director de asuntos humanitarios de Cáritas Internationalis, quien coordina en Puerto Príncipe la respuesta de la red Cáritas a esta emergencia.

Como viene haciendo en los últimos días, el coordinador regional de Cáritas Latinoamericana y del Caribe, el mexicano Antonio Sandoval, que participa en Haití en el operativo de respuesta a la emergencia, vuelve a difundir un elocuente testimonio directo de lo que está siendo el día de la situación

[Puedes leer la noticia completa, incluyendo testimonios, en ReligiónDigital.com]

Más Manos, Más Voces, Más Corazones (V)

No cesan los ofrecimientos. Esta vez nos aportan sus oraciones:

  • Genesaret
  • Valverde

¡Mil gracias!

lunes, 18 de enero de 2010

Más Manos, Más Voces, Más Corazones (IV)

Una hermana más nos ofrece su forma de orar. Nos invita a mover el corazón hacia los hermanos de Haití. Se une a la vigilia:

  • Miriam (danza litúrgica)

¡Gracias!

Para ser prácticos:

Vigilia de Oración Solidaria con Haití

¿Por qué?

Porque… nos sentimos UNO con los hermanos haitianos, oramos con ellos y por ellos, nos solidarizamos con la situación actual de Haití, … (Añade aquí el motivo que resuene en tu corazón y lo mueva)

¿Cuándo?

Viernes 22 de Enero a partir de las 21:00

¿Dónde?

Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción (Avda Ortega y Gasset nº 4, 29006, Málaga ó Plaza de la Cruz de Humilladero)

¿Puedo ayudar?

¡Sí! De varias formas: Si quieres ofrecerte a ayudar a la oración con cantos, tienes algo que ofrecer o se te ocurre alguna idea que pueda llevarse a cabo ponte en contacto con nosotros en el correo (porhaiti@gmail.com); Si te unes en la oración simplemente ven (tráete comida y/o bebida para compartir); Si quieres ayudar económicamente lo más útil es que ingreses lo que desees en las cuentas que Cáritas tiene destinadas a la campaña de Haití o colabores en la colecta que se hará allí mismo

No soy de Málaga, ¿puedo quedarme a dormir?

Ningún problema, poniéndote en contacto también a través del correo (porhaiti@gmail.com)

CARTEL HAITI mas 2

Tsunami de oración y ayudas de los católicos para Haití

José Manuel Vidal, Religión Digital

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Oraciones y dinero es lo que se ha recogido no sólo en las iglesias españolas, sino en las de todo el mundo. En un auténtico tsunami de solidaridad, los católicos se han movilizado por Haití. Desde Seúl a Washington, pasando por Berlín, México o Caracas.

Una solidaridad que emerge de una forma especial en América. En Estados Unidos, por ejemplo, donde viven miles de católicos de origen haitiano, el 24 de enero se celebrará una colecta nacional para América Latina, que se dedicará en buena parte a Haití. Además, este domingo hubo colectas especiales adicionales, a petición del cardenal Francis George, presidente de los obispos norteamericanos, los cuales ya han prometido cinco millones de dólares (3,44 millones de euros).

Lo mismo han hecho los obispos de todos los demás países latinoamericanos, como Brasil, Argentina Perú, Chile, Venezuela, México o Colombia. Incluso el episcopado de Cuba. El cardenal Jaime Ortega Alamino, arzobispo de La Habana y presidente de Caritas-Cuba, ha movilizado a los católicos de la Isla para que ofrezcan ayuda económica a favor de sus hermanos haitianos, flagelados por el terremoto, a pesar de la crisis económica.

En una carta enviada a todos los sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas y fieles laicos de Cuba, que se leyó este domingo en todas las iglesias y capillas, el purpurado apela a la caridad "para hacer una colecta nacional a favor de este sufrido pueblo". Y añade: "Soy consciente de la difícil situación económica que reina entre nosotros, pero en situaciones como éstas debemos tender nuestra mano para compartir con nuestros hermanos lo poco que tenemos".

domingo, 17 de enero de 2010

Más Manos, Más Voces, Más Corazones (III)

Una nueva alegría ha llegado a nuestros oídos (o más bien al teléfono móvil mediante un mensaje)

Se nos une otra voz para cantar al Reino:

  • Migueli

¡Muchas gracias!

Preparen el Gps

Nos piden la dirección exacta de la parroquia para la gente que viene de fuera.

Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción

Asunción

Dirección: Avda Ortega y Gasset nº 4, C.P: 29006, Málaga

Ubicación mapa Asunción

De todas maneras, con la dirección que se indica en el cartel (Plaza de la Cruz del Humilladero), también es fácil llegar. Una vez llegas a la rotonda se ve la parroquia, que está justo al lado.

Haití: cinco consideraciones

MOISÉS NAÍM

Escritor y periodista experto en temas internacionales;columnista habitual de los principales diarios del mundo

El País 17/01/2010

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2010 quedará en la memoria como el año más trágico en la historia de Haití. También será el año en que más dinero llegará a ese país. Es imposible ver las imágenes que nos llegan y no sentir una inmensa necesidad de ayudar. Millones de personas en todo el mundo así lo están haciendo, al igual que sus gobiernos. Si bien estas reacciones son normales —recordemos la masiva respuesta al tsunami en el océano Índico— en este caso la ayuda se ha visto aún más potenciada por las nuevas tecnologías.

Las imágenes nos estimulan a reaccionar y las nuevas tecnologías hacen muy fácil ayudar. Por Twitter circula el mensaje “Escribe HAITI y marca 90999 en tu móvil para donar 10 dólares a la Cruz Roja”. En pocas horas, un millón de personas en EE UU enviaron este texto, aportando así 10 millones de dólares que fueron cargados a sus cuentas telefónicas y transferidos a la Cruz Roja. Esta organización informa de que los fondos que está recibiendo para Haití superan a los de otras catástrofes. Los aportes de gobiernos, instituciones internacionales y empresas también han sido instantáneos y masivos. Dinero, medicinas, comida, maquinaria y personal especializado no van a faltar. Lo que va a faltar es la capacidad para usarlos eficazmente. Desgraciadamente, la experiencia demuestra que también decaerá la voluntad de la comunidad internacional para mantener el apoyo a Haití una vez que los muertos estén enterrados, los huérfanos desaparezcan de las pantallas de televisión y los periodistas se hayan ido a cubrir nuevas tragedias.

Y ésta es la segunda consideración: el dinero y la ayuda internacional son indispensables, pero no suficientes. Las toneladas de medicinas que se acumulan en el aeropuerto de Puerto Príncipe no sirven de mucho si no están conectadas a una red de distribución que las haga llegar a tiempo adonde hacen falta. Y esas redes de distribución no existen. El terremoto ha sido la estocada final a un sistema que ya había sido devastado por décadas de miseria, corrupción y desgobierno. Por eso, ayudar a Haití a tener la capacidad de ofrecerle los servicios básicos a su población —agua, electricidad, salud, policía, escuelas— es el verdadero reto post-terremoto. La reconstrucción de viviendas, escuelas, hospitales y oficinas de gobierno que se derrumbaron será difícil y costosa. Pero no tanto como la construcción de las instituciones que le den al país una mínima capacidad de funcionamiento.

La tercera consideración es que las organizaciones extranjeras que trabajan en Haití son a la vez beneficiosas y nocivas. Antes de esta última tragedia, la espantosa situación del país más pobre y disfuncional de las Américas ya lo había transformado en el destino prioritario para todo tipo de organizaciones no gubernamentales. David Brooks escribe en The New York Times que Haití es el país con más ONG per cápita en el mundo. Esto por supuesto es muy bueno. Lo malo es que no hay gobierno que las coordine y que la presencia de tantas entidades foráneas con más fondos, personal y capacidades que la propia administración local hacen aún más difícil la labor de gobernar. Un problema aún mayor es que no todas las organizaciones atraídas por el caos de Haití son instituciones benéficas. También han llegado los narcotraficantes. Haití se ha convertido en el lugar preferido para el transbordo de las drogas que van de los Andes a Estados Unidos. Algunos de los personajes que más influyen en la política y la economía haitianas residen en México y Colombia: son los capos de la droga. A ellos el terremoto no los ha afectado.

Cuarta consideración: Hay que ayudar a la República Dominicana. A veces los terremotos también producen tsunamis. Y el de Haití va a producir un tsunami de gente sobre la República Dominicana. Este país, más próspero y mejor gobernado que su vecino, es también muy pobre, y sus frágiles instituciones no son capaces de atender adecuadamente a la población. Inevitablemente, la catástrofe de Haití va a estimular aún más la emigración de haitianos a la República Dominicana, aumentando la presión social y las demandas sobre los ya desbordados servicios públicos. Descuidar a este país ahora puede empujarlo a una costosa crisis social y política.

La ultima consideración es que, a pesar de todo lo anterior, la comunidad internacional y los haitianos nos pueden dar una sorpresa. La comunidad internacional puede aprender de sus errores y aplicar las lecciones a lo que va a hacer en Haití. Los recursos, nunca suficientes, no serán tan escasos como lo han sido hasta ahora. Los haitianos y su dinámica diáspora pueden reconocer que esta tragedia ofrece una oportunidad única para cambiar la trayectoria de su país. Este escenario optimista es poco probable. Pero no es imposible.

Más Manos, Más Voces, Más Corazones (II)

Un hermano más se nos une a la causa:

  • Unai Quirós, de Málaga

Seguimos adelante con la ayuda de Dios

sábado, 16 de enero de 2010

Una petición

Debido a que muchos de los que van a participar en la vigilia no son de Málaga, y para ser solidarios también con los hermanos que tenemos más cerca, te pedimos:

Si vas a participar de la vigilia, tráete contigo algo de comida y/o bebida para compartir. Allí se habilitará un salón para poder poner en común esa comida con los demás.

Estamos poniendo mucho esfuerzo e ilusión en esto y nos haces falta, les haces falta a los hermanos de Haití.

Cartel de la vigilia

Nuestro hermano Patxi pone al servicio del Reino sus manos y se une a la causa regalándonos el cartel de la vigilia.

CARTEL HAITI

Patxi, Gracias por tu Solidaridad

Más Manos, Más Voces, Más Corazones

Nuevas incorporaciones que quieren hacer realidad el sueño de Dios:

  • María Vasan, de Ciudad Real
  • Harijans, grupo de Málaga

¡Muchísimas gracias!

Llamamiento

A todo el que tenga algo que decir, a quien quiera unir su voz a nosotros, a todos los artistas de fuera de Málaga que quieran participar en la vigilia y duden en hacerlo por falta de alojamiento…

Por favor: ¡Adelante! Poneos en contacto en el correo (porhaiti@gmail.com) que no hay ningún problema. Aquí tenemos sitio donde podéis dormir. Estamos organizando, que esto no sea un impedimento.

Solo hay que decir “Sí”

Dios compensa, tenedlo por seguro

Oración Esperanzada ante el terremoto de Haití

Señor:

¿Dónde estabas?
¿Y dónde estás ahora?
¿Dónde te podemos encontrar?
¿Dónde estabas cuando la gente sufría?
¿Dónde estabas cuando sucedió el terremoto?

Son las preguntas que te hago, Señor,
cuando mis pensamientos se ofuscan
al contemplar tanto dolor y tanta tragedia;
tanto edificio derrumbado y tantos muertos por las calles.
Ante el terremoto,
no solo ha temblado la tierra sino también los corazones.
Señor:
No estabas lejos de tantos hermanos nuestros;
estabas en cada persona
y morías cuando moría un hermano nuestro
aplastado por los escombros
o por el vaivén de la tierra movediza.
Y siempre, Señor, sufren las catástrofes los mismos,
y siempre sufren las destrucciones los mismos,
y siempre mueren los mismos.
Miles de heridos,
miles de muertos
y muchísimos más los damnificados.
Y en el horizonte:
Un futuro incierto.
Las escenas son aterradoras:
Dolor y llanto sin consuelo por los muertos,
familias enteras que han desaparecido.
Basta lo dicho para poner en palabra una gran tragedia
y un gran sufrimiento
El terremoto no es, pues,
Señor, sólo una tragedia,
sino que es también una radiografía del país.
Muy mayoritariamente mueren los pobres,
quedan soterrados los pobres,
tienen que salir corriendo
con las cuatro cosas que les quedan los pobres,
duermen a la intemperie los pobres,
se angustian por el futuro los pobres,
encuentran inmensos escollos
para rehacer sus vidas los pobres.
Señor:
La tragedia ha sido grande para los pobres.
Y en medio de la tragedia la vida sigue pujando,
atrayendo y moviendo con fuerza.
Y junto al impulso del propio vivir,
surge también la fuerza de la solidaridad
Es la santidad del sufrimiento.
Puede sonar exagerado,
pero ante estos pobres,
quizás podamos repetir lo que dijo el centurión ante Jesús crucificado:
“Verdaderamente éstos son hijos e hijas de Dios”.
En los pueblos sufrientes, crucificados
Señor:
¿Dónde estabas?
¿Y dónde estás ahora?
¿Dónde te podemos encontrar?
¿Dónde estabas cuando la gente sufría?
¿Dónde estabas cuando sucedió el terremoto?
Las preguntas siguen resonando:
También las hizo Jesús,
y Pablo tuvo la audacia de responder: En la Cruz.
Dios está en entre los escombros de las ciudades rotas,
refugio de damnificados sin nada.
Dios está entre los muertos y destruidos
por la rabia de la tierra que se balancea a su antojo.
Señor:
La mayor esperanza es seguir caminando,
practicando la justicia y amando con ternura.
En este sentido,
ojalá la solidaridad ayude a reconstruir una nueva historia
pero sobre todo personas y pueblos;
ayude a reparar caminos,
pero sobre todo modos de caminar en la vida;
ayude a construir templos, pero sobre todo pueblo de Dios.
Ojalá la solidaridad dé esperanza a este pueblo que sufre y muere
Con ella ya encontrará la gente modos de valerse por sí misma.
Ayúdanos, Señor.
Amén.

Por Antonio DÍAZ TORTAJADA
Sacerdote-Periodista

viernes, 15 de enero de 2010

Grupos confirmados hasta el momento

Por ahora han dado su “” (a Dios y al hermano):

  • Brotes de Olivo
  • Almudena
  • Ixcís
  • Shalahim
  • Jesús Cabello
  • Desde el Silencio
  • Jerusalén
  • Pedro Sosa
(16-01-2010) Última Hora, Harijans también dice "Sí"

Muchísimas gracias a todos ellos

Vigilia de Oración Solidaria por Haití

Es una deuda con Papi-Dios y un Compromiso Cristiano de vital importancia el invitaros a todos los que leáis esto a la Vigilia de Oración Solidaria por Haití que se producirá en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, en Málaga (Cruz del Humilladero) el día 22 de enero, viernes, a partir de las 21:00 horas.

El suceso ocurrido en estos días en Haití ha movilizado a una gran parte de artistas cristianos comprometidos que se unirán este día para orar por nuestros hermanos de Haití de la forma que saben (cantando, danzando, dibujando…)

Oremos con ellos.

[Más información en breve]

Desde los escombros

'Desde los escombros se oyen gritos de socorro'

Haití despierta de la pesadilla sumida en el caos. "Desde los escombros se oyen gritos de socorro de los que se han quedado dentro y los parientes se desesperan ante la impotencia", apunta la cooperante italiana de la Asociación de Voluntarios para el Servicio Internacional (AVSI) Fiammetta Cappellini, testigo del terremoto de magnitud 7 en la escala Richter que devastó el oeste del país.

"Las calles se han convertido en una trampa" y, en toda la ciudad, "la gente se queda en la calle, unos porque ya no tienen casa y otros porque temen una nueva sacudida", relata la cooperante.

Las escenas en Puerto Príncipe, la capital, son "inimaginables", ha afirmado el presidente haitiano, Rene Preval. Habla de miles de víctimas y de un caos que todo lo inunda: "El Parlamento se ha venido abajo, la oficina de Hacienda se ha venido abajo, las escuelas se han derrumbado, los hospitales se han derrumbado". Por su parte, el primer ministro haitiano, Jean-Max Bellerive, ha cifrado en "cientos de miles" el número de muertos.

El presidente haitiano, que no se encontraba en el momento del seísmo en el palacio presidencial, que también ha quedado destruido, explicó que ha recorrido varios barrios de Puerto Príncipe y ha podido ver el alcance de los daños. "Todos los hospitales están llenos de gente, es una catástrofe", lamentó.

(Fragmentos de la noticia: Elmundo.es, 13 de enero de 2010)

Campaña, Cáritas con Haití

001 Cáritas Donaciones en:

UNICAJA: 2103 - 0146 - 94 - 0030016666

LA CAIXA: 2100 - 2653 - 10 - 0201026817

BBVA: 0182 - 5918 - 41 - 0017000003

Colecta extraordinaria:

Domingo 31 de enero, colecta extraordinaria en ayuda de los damnificados en todas las parroquias y lugares de culto de la diócesis.

Cáritas Diocesana de Málaga agradece vuestra colaboración en la difusión de este mensaje.