Las mujeres que viven en campamentos de desplazados en Haití están indefensas ante ataques y agresiones sexuales, disponen de escasa protección policial y en muchos casos son acusadas de favorecer los abusos con su actitud, según un informe del Fondo de la ONU para la Población (UNFPA).
El documento presenta testimonios como el de Carine Exantus, una estudiante que debió instalarse en uno de los campamentos improvisados tras el terremoto que azotó en enero Puerto Príncipe y otras ciudades y causó 300.000 muertos, otros tantos heridos y 1,5 millones de damnificados.
En el campamento de Place Pigeon al que fue a parar Carine, mujeres y niñas "son víctimas de todo tipo de violencia, física, moral y psicológica", relata la joven.
"El mayor problema para las niñas jóvenes en el campamento es bañarse en público, pues al hacerlo exponen sus cuerpos a la mirada de extraños. Algunos jóvenes varones aprovechan esta situación para denigrar sus cuerpos y proferir ataques verbales con lenguaje obsceno", prosigue Carine.
Casi todas las noches "oímos gritos de mujeres o niñas cuyos esposos o compañeros las golpean y azotan violentamente. Con frecuencia son víctimas de malos tratos; a veces se ven obligadas a huir para escapar de la tortura", revela la joven haitiana.
Las denuncias no son nuevas. En mayo, un informe sobre el estado de los derechos humanos en el mundo elaborado por Amnistía Internacional puso de relieve que, en Haití, las niñas y las mujeres son el grupo más afectado por la violencia y en particular por las violaciones, que muchas veces quedan impunes.
Y en julio, organizaciones humanitarias denunciaron también que las agresiones sexuales se habían multiplicado tras el terremoto, al tiempo que reclamaron mejorar el sistema de luz eléctrica y aumentar las patrullas nocturnas.
Solas y sin protección policial
El UNFPA pone el acento en la vulnerabilidad de las mujeres haitianas y señala que muchas se encargan de los hijos, con quienes se quedan en los campamentos, sin apenas ingresos y con escasa protección policial.
Según la directora de la Organización de Solidaridad de Mujeres Haitianas (SOFA, por su sigla en creole, idioma oficial en Haití) Olga Benoit, citada en el informe de la UNFPA, las mujeres tienen que organizarse, "y así lo harán", para cubrir las necesidades de salud y alimentación.
En cuanto a la seguridad, las mujeres de los campos confían en los contingentes de policías que Bangladesh y la India aportan a la Policía de la ONU presente en el país, ya que estos grupos, "formados íntegramente por mujeres, tal vez estén en condiciones de mejorar el ámbito de seguridad".
Las mujeres entrevistadas en los campamentos señalaron que aspectos como la falta de privacidad y de retretes separados reducían sus posibilidades de evitar violaciones y otros delitos de género.
Benoit, al mismo tiempo, reclama una modificación en la actitud de los jueces, la policía y los funcionarios de Haití, pues muchos líderes comunitarios consideran, apunta el informe, que "cuando hay violación, la culpa es de la mujer".
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